lunes, 17 de octubre de 2011

6ª ETAPA






Dice el refrán que lo que bien empieza, bien acaba.

Empezaba a hacer bien mi trabajo. El miércoles, día de fiesta, estando con mis nietos en la plaza de la Rosa, me acerque al bar de los Arcos para ver si había frito variado o también lo habían quitado de la carta. Mirando las distintas cartas, que están colocadas en la puerta principal, no había manera de que apareciera el frito variado. Me daba un poquito de reparo preguntarle al camarero. No llevaba gafas. Al final pasó por allí y tuve que preguntarle. No me podía venir con la duda.

La noche del viernes, día de ruta, comenzó bien. Todos los miembros quedamos en vernos en la casa de todos, el ayuntamiento. El motivo era la presentación del libro de Manolo Quintero, en el que venía una fotografía del abuelo de la mayoría de los miembros de la ruta. Era obligado asistir al acto. A continuación, en plan tranquilo, visitamos la exposición de coleccionismo que había en el salón de San Juan de Dios.

Llegó la hora de la verdad. Por supuesto, el sitio elegido era el BAR DE LOS ARCOS. Entramos en la plaza de la Rosa. Muchos niños corriendo, mucha gente paseando. A simple vista no había ni una mesilla. Mal asunto. Desde la parte de arriba de la plaza divisé una mesa en la parte de abajo. Sí, al lado de las bicicletas que nos puso Rosalu, para que los montillanos nos paseáramos y así hacer los mandaillos que tengamos que hacer. Que pena. Al final las usamos para dejar caer los bolsos de las mujeres y en la cesta colocamos los libros del Quintero y la cámara de fotos. Ya han servido para algo. Nos sentamos. Al momento, llegó Comino con su seriedad habitual, y le pedimos unas almendras y aceitunas para ir haciendo boca. Todo rápido y muy bien. A continuación llegó nuestro plato estrella. Lo analizamos. Al ver su composición y su calidad de fritura le dimos un notable alto. La noche era perfecta en cuanto a temperatura. La Tercia, el Teatro Garnelo, la Ermita de la Rosa, no se podía estar mejor. Estando disfrutando del momento se oyen, era casi un susurro, unas palabras: Hopo, Hopo, Hopo. ¿Que pasará? Y pasó. Nos reímos un poco. Pedimos otra cosita para terminar de cenar. Afortunadamente no eran salchichas, porque las salchichas aunque se vistan de salsas, salchichas se quedan. Como casi siempre, del vino hablaremos otro día.

Por esta vez todo empezó bien y acabó bien.

BACUS

1 comentario:

  1. Noto cierta mofa a la par que resquemor en esos comentarios sobre las salchichas... como me sigáis picando (que sabéis que a Picao, no me gana nadie :D) soy capaz de presentarme en el próximo ensayo con un frito Made in Cocinitas que ríete tú de Los Arcos, del Bolero, y del Bulli si hace falta... vamos que le meto hasta puntillitas de solomillo de buey marinado (sobre base de papas a lo pobre, of course) XD

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